Según la leyenda, a un pastor llamado Rodrigo de Balzategi se le apareció la Virgen sobre un espino y éste, asombrado, le preguntó: "Arantzan zu?" (¿Tú en un espino?). Durante los siguiente siglos los frailes franciscanos hicieron de Arantzazu un lugar de devoción y peregrinación, y un exponente del arte y la cultura. El Santuario de Arantzazu, colgado sobre barrancos y edificado sobre roquedales en una zona agreste y natural.